25.000 oportunidades para volver a empezar

Dra. Leticia Ximénez
30 de junio de 2015
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Vi un anuncio que decía que la mayoría de nosotros tenemos 25.000 mañanas en nuestra vida. Sí, ¡25.000! ¡25.000 oportunidades para Empiece Otra Vez, No De Nuevo!
Inmediatamente empecé a preguntarme cuánto se traducía eso en años. Así que hice cuentas. Hay 365,24 días en 1 año. Por lo tanto, 25.000 mañanas equivalen a 68,49 años.
Me pregunté de dónde habían sacado esa cifra. Bueno, según Wikipedia, "En todo el mundo, la esperanza media de vida al nacer fue de 71,0 años(68,5 años para los hombres y 73,5 años para las mujeres) durante el período 2010-2013, según las Perspectivas de la Población Mundial 2012 de las Naciones Unidas."
Entonces, empecé a preguntarme: "¿Cuántas mañanas tuvo mi marido, José,"? Falleció exactamente 2 meses después de cumplir 39 años. Si haces cuentas, ¡sólo tuvo 14.305 mañanas! ¡Ya está!
Pero, en ese corto periodo de tiempo, José logró más que muchas personas que han vivido el doble de mañanas. ¿Cómo pudo hacerlo?
¡Sencillo, José vivía un SANO Way of Life!
Desde que enfermó a los 18 años, José sabía que no le quedaba mucho tiempo. Y, como entonces estuvo a punto de morir, José también sintió que vivía un tiempo prestado. Estas dos creencias cambiaron para siempre su forma de ver y vivir la vida, permitiéndole hacer tanto como hizo en el poco tiempo de que disponía.
En primer lugar, José optó por verlas como bendiciones y señales, y no como maldiciones, y se mostró sumamente agradecido por el tiempo que se le permitiría vivir.
La vida era demasiado valiosa para desperdiciarla. Y, como no sabía exactamente cuántas mañanas tendría, no sólo agradecía las que tenía, sino que hacía lo mejor que podía con todas y cada una de ellas.
Como hombre de fe, creía que se le habían concedido estas valiosas mañanas por una razón e inmediatamente se propuso encontrar la razón en cada precioso momento que se le permitía vivir. Prestó atención a las cosas que le importaban, a sus creencias y a su razón de vivir. Y no se preocupó de las cosas que no le importaban.
No somos diferentes de José. Sabemos que no somos inmortales. Lo veamos estadística o espiritualmente, ¡nuestros días también están contados!
¿Cuántas mañanas has tenido? ¿Te gustaría que las que te quedan fueran diferentes? ¿Qué puedes hacer hoy para empezar a conseguirlo?  
No dude en compartir sus opiniones con nosotros a continuación. Nos encantaría conocerla.

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